Lagrimas que agotan mi alma pero no eliminan peso del sufrimiento que la vida nos regala.
Toda y cada una de las noches que pase sin ti, desde aquel
momento en el que decidiste irte para no volver… todas y cada una de ellas
forman la pesadilla que es mi vida…
Las lagrimas no ayudan, el sueño no llega y cuando lo hace
esta llenos de imágenes de tu despedida y de la de ella. Ya no duermo, no como,
no respiro, no vivo… mi vida y mi alma se ha roto en miles de pequeños trozos
desapareciendo en cada una de las miles de lágrimas que por mis mejillas
resbalaron.
Sinceramente no se si en mi cuerpo hay vida, alma o algún
resto de lo que era en aquellos momentos. Llevo semanas sin ver la luz del sol,
no hay nada que me invite a salir, a vivir…
En estos momentos solo me queda esperar, esperar a que la
muerte me lleve en sus alas negras para reunirme contigo, para estar de nuevo
junto a ti y junto a ella…
¿Por qué os tuvisteis que ir los dos? No entiendo el motivo,
no entiendo que he hecho en esta vida para que el mismo día que se reunía a
nuestra vida un ángel de amor, muera el ángel y con él, el amor…
Mi mente, mi alma, mi corazón, mi cuerpo no soportaran mas
esta vana existencia de vacío, soledad y oscuridad a la cual me he entregado
voluntariamente.
Si pudiera hacer algo… ¡lo que sea!... cualquier cosa por
estar juntos otra vez… pero no tengo
nada que entregar, nada que pueda hacer para haceros regresar. Si existiera la
forma de volver al pasado y evitar… borrar aquel día de la existencia, que
nunca hubiera existido, que nunca hubiera…
Nunca creí en dios, pero en estos momentos desearía poder
llamarlo… daría lo que fuera por hacer desaparecer lo ocurrido, mi alma… mi
alma que ahora nada segueta a todas aquellas lagrimas que ahora inundan muestro
salón.
No hay luz… no hay agua… hace semana que las cortaron… solo
espero mi final con absoluta y total agonía.
A cada latido mi corazón se encoge un poco mas por el dolor
abrumador… mis gritos inundan el silencio…
Si aun me quedara el valor suficiente para acabar con este
dolor… pero no puedo llegar a hacer algo que sé que él nunca me hubiera
permitido… aun así tampoco hago nada para continuar mi vida… aunque sé que esta
desapareció en el momento exacto q la de ellos dos volaron…
Nadie se percató de mi inexistencia… nadie vino a buscarme…
a nadie le importaba…
Mi vida no tenía sentido, no tenia sentido sin él, sin ella,…
Por los agujeros de las persianas podía ver pasar los días…
hacia poco había vuelto a ve las luces del amanecer… sin embargo hacia horas
que era incapaz de ver absolutamente nada… mi vista había desaparecido, mi
cuerpo había comenzado a apagar cada uno de los procesos que me mantenían en
esta cárcel de dolor. Estaba esperando ya a la muerte con cierta satisfacción,
no deseaba la vida, no deseaba el mundo…
No sentía las manos, ni los pies. No sentía mi rostro, no sentía
nada de los restos que era mi cuerpo…
Un peso asfixiante oprimía mi mente y mi alma. Una basta oscuridad me engullía lo
que quedaba de mí. Sentía el peso de la vida y de la muerte unida sobre mí.
La oscuridad me llevaba a lo que parecía un dulce y calmado
sueño… sueño que abrace con gloriosa satisfacción.
Sueño que se llevo mi vida…