miércoles, 28 de noviembre de 2012

Rima III Gustavo Adolfo Becquer

Sacudimiento extraño
que agita las ideas,
como huracán que empuja
las olas en tropel;
murmullo que en el alma
se eleva y va creciendo
como volcán que sordo
anuncia que va a arder;
deformes siluetas 
de seres imposibles;
paisajes que aparecen
como a través de un tul:
colores que fundiéndose
remedan en el aire
los átomos del Iris
que nadan en la luz
ideas sin palabras 
palabras sin sentido;
cadencias que no tienen
ni ritmo ni compás;
memorias y deseos
de cosas que ya no existen;
accesos de alegría 
impulsos de llorar;
actividad nerviosa
que no halla en qué emplearse;
sin rienda que lo guíe
caballo volador;
locura que el espíritu
exalta y enardece
embriaguez divina
del genio creador...
¡Tal es la inspiración!
gigante voz que el caos
ordena en el cerebro,
y en la sombre hace 
la luz aparecer;
brillante rienda de oro
que poderosa enfrena
de la exaltada mente
el volador corcel;
hilo de luz que en haces
los pensamientos ata;
sol que las nubes rompe
y toca en el cenit;
inteligente mano 
que en un collar de perlas
consigue las indóciles
palabras reunir;
armónico ritmo
que con cadencia y número
las fugitivas notas 
encierra en el compás;
cincel que bloque muerde
la estatua moldeando
y la belleza plástica
añade al ideal;
atmósfera en que giran 
con orden las ideas,
cual átomo que agrupa
recóndita atracción;
raudal en cuyas ondas
su sed la fiebre apaga;
oasis que el espíritu
devuelve con vigor...
¡Tal es nuestra razón!
con ambas siempre en lucha
y de ambas vencedor,
tan solo el genio puede
a un yugo atar las dos.

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