miércoles, 28 de noviembre de 2012

Noche oscura en la estación


Aunque estuviera  en el lugar más maravilloso de la tierra no cambiaría nada, el dolor seguiría estando ahí.
Estaba sentada en un banco de la estación, como tantas otras veces, esperándote. Pero sabía que esta vez no vendrías. Que por mucho que esperara, que aunque mirara a cada persona que bajaba de cada uno de los trenes, tu no estarías.
Ya era tarde, la luz había desaparecido por completo, y no llegaría ningún tren más hasta el día siguiente.
Una parte de mi sabía que tenía que regresar a casa, que no debería quedarme más tiempo aquí sola, pero mi cuerpo y alma se negaban a obedecer.
El dolor oprimía mi corazón con fuerza con cada fugaz pensamiento sobre ti. Ya no lograba que las lágrimas abandonaran mis ojos.
Al recordarte mi corazón se encogía, mi garganta luchaba por gritar y mis ojos no dejaban de sangrar lentamente cada pedazo de mi maltrecha alma.
Mi mente es tuya, mi corazón es tuyo, y mi alma vuela hecha lágrimas a buscarte...

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